Ya han empezado las clases, y seguro que, si esta mañana has cogido el coche para desplazarte por la ciudad, lo habrás notado: vuelve el tráfico habitual del año. Atascos, retenciones, coches en segunda fila cerca de las escuelas… El volumen de coches que asalta las carreteras vuelve a entorpecer el ritmo de la circulación, y eso se traduce en nervios, prisas y, en resumen, mal humor. Te damos algunos consejos para que esto no pase:
- Deja las prisas en casa. Ya lo sabemos: las prisas son una de las peores enemigas de los coches (por no decir de los conductores). Así que planifícate bien antes de salir y asegúrate de que lo tienes todo antes de subirte al coche para evitar ir a contrarreloj.
- Los peques, bien sujetos. No olvides los sistemas de seguridad. Aunque el trayecto hacia la escuela sea corto, nunca debemos obviar los cinturones o las sillitas, por muy apretados de tiempo que vayamos (y esto va muy relacionado con el primer punto). La DGT asegura que estos elementos reducen en un 75 % las muertes y en un 90 % las lesiones.
- Las mochilas, en el maletero. Una mochila cargada de libros se puede convertir en un terrible proyectil en caso de frenada brusca. Por eso, lo mejor es dejar mochilas, carteras y cualquier otro bulto en el maletero. Recuerda que, por norma, se recomienda que no haya nada suelto en el habitáculo para evitar daños en caso de accidente.
- Sé respetuoso. Tú tienes prisa, y tus hijos tienen que llegar puntuales a clase, pero ten en cuenta que, como tú, todos los conductores y peatones estáis en las mismas. Intenta ser respetuoso: no hagas adelantamientos arriesgados, respeta los pasos de cebra y evita, en la medida de lo posible, dejar el coche en doble fila. Si no tienes más remedio porque tienes que acompañar a tu peque a la puerta, intenta estar por la labor.
Y recuerda: ¡en la carretera se necesita paciencia, sobre todo en horas punta!